Fecha: 14 de Mayo de 2016
Docentes responsables: Carlos Abrigo y
Marcelo Correa
La
ciencia ficción siempre ha servido como laboratorio para las ideas y las
proyecciones de futuro de escritores y demás artistas, posicionándose como una
fuente de inspiración para adelantos e invenciones. En este sentido, el género
literario fue uno de los primeros que nos llevaron a una aproximación o la
construcción de ensoñaciones acerca de futuros inciertos. Un claro ejemplo de
esto lo tenemos en los libros de H.G. Wells o Julio Verne, posteriormente en
las populares revistas de circulación periódicas dedicadas al género en las que
encontramos escritos y relatos cortos como los de Lovecraft, o más adentrado el
siglo XX con los pulp’s que suponían una diversificación y popularización del
género. Si embargo, es con la llegada del cine que aquellas ensoñaciones
literarias se irían tornando más realistas y ofrecerían otras perspectivas
artísticas del problema sobre la incertidumbre.
En
este sentido, Gattaca sigue en la línea de películas que exploran las
posibilidades de un futuro en el que la eugenesia y el control social a través
de la ciencia, nos hacen reflexionar acerca de la naturaleza de la humano y
hasta qué límite puede llegar la modelación de la singularidad de la persona
humana. El mundo presentado en Gattaca está retratado de tal forma que la
estética retrofuturista, los amplios espacios, los colores neutros, la asepsia
generalizada, juegan un papel importante en el mostrar los quiebres de los
distintos espacios que habitan y se mueven los protagonistas. Desde el
flashback de cómo los padres pensaron y concibieron a Vincent, marcada por un
estética de la ciencia ficción de los años 50’s, muy común en el cine clásico
de ciencia ficción, hasta los momentos finales donde viaja al espacio cuyos
amplios y cuidados espacios recuerdan al cine de Kubrik.
De
esta forma, se construye un juego entre los dilemas que ha tratado desde sus
comienzos la ciencia ficción y las nuevas problemáticas que se ciernen sobre
nosotros a medida que avanza la tecnología. El sentido de reflexión de la
naturaleza y los horizontes a alcanzar por la naturaleza humana siempre son los
mismos, lo que cambia es el contexto y las herramienta que ofrece al desarrollo
de los acontecimientos.
De
esta forma, siguiendo la línea de “Un mundo feliz” de Aldous Huxley, es la
ciencia quien es la que determina las posibilidades, o más bien, el lugar qué
ocuparán los sujetos en la estructura social. Aunque en el libro de Huxley los
individuos eran producto del proceso de incubación artificial[1], en
el que se separaba absolutamente al contacto sexual y a la afectividad en el
fenómeno de la concepción de los nuevos sujetos, esta desexualización era
finalmente una forma de controlar a los individuos por medio de un bombardeo
constante de estímulos, finalmente separándolos de la idea del sufrimiento y
del displacer. En el mundo de Gattaca, no sé da este fenómeno de la misma
forma, o por lo menos no llegaba a ese nivel, aunque claramente hay una
delimitación de las posibilidades del desarrollo personal y auto-realización
del sujeto de acuerdo a la forma que fue concebido y planificado.
Este
es el caso de Vincent, por un lado,
un hombre que fue concebido por elección de su madre -por tanto, cabe señalar
que la idea del diseño genético de los futuros hijos era algo normalizado,
aunque habían personas que aún optaban por la concepción natural, amparados en
su mayoría por convicciones y creencias personales- bajo el “modelo” del azar y del amor, como en
las mismas palabras de Irene un “hijo de Dios”. Situación que lo marca de forma
negativa debido a los problemas que derivan del azar de la recombinación
genética, haciéndolo a los ojos de la sociedad un ser inferior, lleno de
enfermedades e inhabilidades que no le permitirían llegar al máximo de su
potencial como ser humano, aunque más bien su potencial es limitado y no le
permite desarrollarse en un entorno exigente como es el que se presenta en el
filme. Es una vida marcada por una lucha de demostrarse a sí mismo, que la
determinación biológica no va más allá de la voluntad, y que el deseo de
conseguir sus sueños fuera al final el único límite para su experiencia y
acciones. Un ejemplo, de esto es la relación con su familia, la forma en la que
es tratado y es visto, como su hermano menor al final suple y cumple todo lo
que él debió cumplir como el primogénito de la familia. Nunca se podría
integrar de forma satisfactoria a la sociedad, nunca sería considerado como
válido o como un ser humano completo, a pesar de haber crecido en el mismo
entorno, jamás contaría con las mismas posibilidades de desarrollarse que su
hermano o los otros individuos frutos del delicado y rutinario trabajo de un
genetista. En este sentido, si bien Vincent contaba con problemas cardiacos,
aún así era un ser humano completamente funcional y excepcional en la forma que
su determinación es la que lo lleva a superar estas barreras.
Por
otro lado, Jerome es el ejemplo de
la perfección alcanzada por parte de la manipulación genética. Aunque como
persona es visto como un espécimen cuya máxima virtud es cumplir con una serie
de indicadores físicos e intelectuales, el éxito sin embargo es distinto, y ese
es el principal dilema del personaje. A pesar de estar predestinado al éxito su
mayor logro es una medalla de plata, es decir no logra su potencial máximo o no
tiene la suficiente motivación para llevar a cabo lo que “se supone que debería
ser”. En una sociedad donde te han creado para ser perfecto, no puedes sino ser
perfecto, cumplir con las expectativas que se han puesto en ti desde el momento
en el que se planeo el nacimiento. El giro trágico del personaje, aunque ya lo
vemos inválido al momento de presentarse ante el protagonista, es el accidente,
es la idea de estar trunco, de ser un potencial desperdiciado. Al ver el
personaje lo vemos presa de la frustración y de sentir que a pesar de esa
perfección, hay otras limitaciones y que tienen que ver con la constitución
espiritual de las personas, lo que a Jerome le falta, a Vincent le sobra.
De
esta forma, cuando se consuma el plan y la “escalera de préstamo”, Vincent
comienza el proceso de convertirse en Jerome. En este elaborado proceso, más
allá de la recolección y sustitución de muestras y del reemplazo, se ve cómo la
propia persona se torna incómoda, la identidad se convierte en una llave a un
éxito y a un sueño, quien es quien no vale la pena determinarlo, sino más bien
es la forma en la que la persona se quiere constituir desde el margen: lo
legal, lo ético, lo moral, lo establecido y lo culturalmente esperado. Vincent
se niega a si mismo, convierte a su persona en un espejo de otra, sus propias
cualidades se ven anuladas o asimiladas en esta nueva identidad, hasta qué
punto Vincent es Vincent y se siente satisfecho con ser si mismo. Debe
abandonarse, renunciar a su individualidad para satisfacer su deseo más
profundo y personal. Jerome en cambio, se ve revitalizado a pesar de que se mantiene como un marginal en una
sociedad que fue construida para personas como él.
Sin
embargo Vincent ha ganado al final de la película, ha vencido al sistema y ha
cumplido su sueño. Ha demostrado que su sueño y su autorrealización como sujeto
es más importante que las barreras que la sociedad le ha impuesto, no
importando el determinismo ciencia y la manipulación genética, demostrando que
cuando la voluntad es capaz de moldear el deseo. Debido a esto en este sentido
Gattaca se diferencia o más bien toma un camino opuesto a “Un mundo feliz” como
distopía: en una sociedad como la presentada en Gattaca las limitaciones sólo
son las probabilidades, los sujetos son capaces de mirar y desear lo que otros
tienen, cuestionarse su naturaleza y el lugar que ocupan en la sociedad;
mientras tanto en el mundo de Huxley, los sujetos no llegan al cuestionamiento
pues su deseo se ve sobrestimulado, de tal forma que no llegan a cuestionar su
lugar en la sociedad, pues sus deseos (o más bien lo que conocen como deseo
como un mero reflejo infantilizado) son satisfechos de forma inmediata y
satisfactoria.
Cabe
que señalar que la eugenesia, como estrategia ha estado presente en el
desarrollo de la humanidad, el cómo lograr acercarnos a un perfección siempre
cambiante y caprichosa, muchas culturas y sociedades han utilizado diversos
mecanismos: infanticidio selectivo, abortos, aislamiento social, entre otros.
Por tanto, es interesante enunciar la importancia de la reflexión de la ciencia
ficción y de cómo nos plantea distintos escenarios, en los que podemos
cuestionar los principios que en nuestra contemporaneidad son levantados como
inalterables.
[1] En el libro, se describe que un grupo de científicos
son los encargados, de la incubación y posterior desarrollo de los individuos.
Por tanto, eran los que de forma azarosa actuaban como pequeños dioses situando
a los individuos en distintos grupos.
dividiendo a la sociedad en distintos grupos de acuerdo a sus
capacidades físicas e intelectuales: alfa (la élite social quienes eran los más
aptos física e intelectualmente), betas (destinados a ocupar cargos medios) y
gammas (limitados a una vida de servicios debido a la intencionada incapacidad
en su concepción en las probetas).